La tristeza es un mal
de nuestros tiempos que se promueve en medio de una vida de incertidumbre,
inseguridad, traiciones, desamor, pérdidas, carencias, y tanta otras cosas que
cada uno podría enumerar. Al estar en una depresión toda la perspectiva que se
tiene es negativa, se pierde el entusiasmo de cualquier actividad, la vida de
fe cae por los suelos, y sólo podemos dar vueltas una y otra vez en aquello que
nos aflige, que nos preocupa, que nos hace sufrir. Queremos morir y sentimos que
la vida ha perdido todo significado; tal vez busquemos escapar de tal estado
consumiendo bebidas alcohólicas o algún tipo de narcótico. Sin embargo nada da
resultado. Ni los amigos, ni la música, ni intentar pensar en otra cosa, calma
nuestro pesar. Por eso hoy te digo que solo Dios puede aliviar nuestro
sufrimiento.
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